Esta práctica pedagógica se utiliza para estimular el
desarrollo cognitivo de los niños de 0 a 6 años.
Mejoran la atención, facilitan la concentración y
desarrollan y estimulan el cerebro, la memoria y el aprendizaje. Estos son
algunos de los resultados que se obtienen al utilizar los bits de inteligencia.
Es un método didáctico dirigido a niños de entre 0 y 6 años e ideado por el
psicoterapeuta estadounidense Glenn Doman. Hoy en día, recurren a él miles de
centros educativos y hogares de todo el mundo. Su metodología se basa en
mostrar información visual y auditiva de una forma escueta y rápida, mediante
tarjetas de información.
El bit de inteligencia combina el estímulo visual y auditivo para lograr
la retención del concepto en la mente de los pequeños y acelerar su proceso de desarrollo cognitivo.
Consiste en mostrarles de forma
continuada y organizada por categorías unidades de información (imágenes)
contenidas en tarjetas, denominadas bits, y acompañarlas de la enunciación en
voz alta del dibujo que representan.
Los niños aprenden de este modo, sin darse apenas cuenta, nuevos términos y
significados, clasificados y estructurados, que servirán para desarrollar y
ampliar aspectos tan determinantes en esta etapa como el lenguaje, el
vocabulario y la memoria. El método de los bits actúa también sobre la
capacidad de concentración y atención de los niños, un potencial que les
favorecerá de forma significativa en etapas educativas posteriores.
En la aplicación de este método hay que situarse delante del niño con las
tarjetas en la mano y mostrarlas una a una, a intervalos de un segundo.
A la vez hay que enunciar el término que se representa en el bit. En un
principio parece sencillo, pero para que el método sea efectivo debe aplicarse
con unas determinadas premisas.
Para que puedan alcanzar su objetivo, las tarjetas de información deben
cumplir una serie de requisitos. No hay que mostrar a los niños imágenes
elegidas al azar, sino que la información de éstas tiene que ser precisa,
simple y clara, contener un único dato y no dar lugar a ambigüedad. El bit de
inteligencia debe representar una realidad concreta, en forma de fotografía,
dibujo, símbolo o palabra, que sea fácil de percibir por parte del niño y le
resulte atractiva. Un aspecto destacado que no hay que pasar por alto en el
momento de aplicar este método es que los bits deben estar agrupados por
categorías. Las tarjetas se organizan por conceptos que tengan características
similares o que se engloben dentro de un concepto más amplio: frutas, animales,
ropa de verano o la familia. Se facilita que el niño, además de adquirir nuevos
términos, sea capaz de establecer relaciones entre ellos y aprenda a
desarrollar la capacidad de distinguir entre similitudes y diferencias. Doman
recomienda mostrar entre cinco y diez bits diferentes por cada categoría.
¿Cuántas veces hay que enseñar un bit para que el niño lo fije en su
cerebro?
El trabajo realizado durante todos estos 30 años con el método apunta a que basta con
mostrar el bit 15 veces para que el estímulo quede fijado en la memoria. No
consiste en mostrar 15 veces seguidas la misma tarjeta, sino en hacerlo de
forma repetida en un espacio de tiempo determinado, de forma flexible.
Es importante crear un entorno adecuado en el momento de su aplicación, sin
distracciones visuales y auditivas que puedan desviar la atención y sobretodo motivar
a los niños antes de la exposición para generar expectación y mostrar
entusiasmo en el momento de exponer las imágenes.
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