Poner limites o informar de los limites

Hay diferencia entre dar informaciones y dar ordenes.

La entrada de hoy es una reflexión sobre  un articulo de C.Rodrigáñez , cuyo texto completo se puede encontrar en www.casildarodriañez.org/vaios.php.
Tal vez me empujó un espiritu de investigación después  haberme quedado pensativa al leer una afirmación de Rosa Jové en su libro  "la crianza feliz":
Cualquier límite es un obstáculo a la crianza feliz ... la palabra  es inaceptable, es una coacción a la libertad. No se debe limitar a nadie, se han de dar valores, consejos, sugerencias".
 Si bien pensaba jo que los limites eran necesarios, que el mismo niño los pide para poder desenvolverse y  comprender el mundo que le rodea!

Me alegré mucho retomar la cuestión de los límites desde la perspectiva filosófica de  F. Dolto, médica pediatra y psicoanalista francesa famosa por sus descubrimientos en psicoanálisis infantil.
A veces muchos padres ( y educadores!)  caen en el error de subestimar las capacidades de las criaturas, tratándola como incapaz por si misma de tomar la más mínima decisión.
En su libro " La causa de los niños" ( 1985)  habla de prepotencia adulta, indicando como adultocentrismo esa actitud de tener un poder previo sobre los niños por el cual no nos planteamos otra posible relación con ellos.
Simplemente tenemos  asimilado que estamos por encima y eso nos autoriza a decirles " No" y a limitarles, a veces con razón, a veces con menos razón.

 
Es importante no tratar de ignorar los límites, sino pensar en y replantear la forma de abordarlos, sin caer en l'adultocentrismo.
Como? teniendo como base el amor complacente.
Tenemos que situarnos incondicionalmente del lado de sus deseos, en lugar que considerarlos caprichos improcedentes.
Valorando el deseo de un niño como producto de su pulsión vital que anima su desarrollo. 
Si reducimos  todo a un "no" tras "no", como si estuviéramos poniendo lavadoras sin considerar tansiquiera lo que la criatura realmente quiere, el mensaje implícito que le estamos dando es " tu deseo no me importa  para nada".
Qué lastima...porqué el niño se identifica con sus deseos, le brotan por el cuerpo!

Las famosas rabietas a partir de los 2 años tienen un significado afectivo dominante: es la percepción del niño de no ser considerado, y que por eso reclama amor a gritos.
 Si  al contrario tenemos una actitud de complicidad, le contemos lo que hay, sientendo la frustración para no poder hacer lo que se quiere...le estamos revelando que su deseo nos importa realmente y lo tenemos en cuenta (empatizamos).
Estamos abriendo un dialogo estimulándolo al pensamiento y a la negociación, con amor.


No hay comentarios: