Llega el verano: aprovechamos para decir adiós a los pañales?

Llega el verano, suben las temperaturas, y muchas son las familias que aprovechan para poner en marcha una importante cruzada: el de quitar el pañal a sus hijos.
Los dejan desnudos de cintura para abajo, los "persiguen" preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, los llevan al baño y los sientan en el inodoro para que se acostumbren, los celebran y felicitan cada vez que lo consiguen ( “me lo hice”)...
Dejar el pañal, desde nuestro punto de vista, no debe ser un adiestramiento ni és cuestión de entranamiento.
Tiene que ver con  la real y personal maduración neuromuscular, por la qual, a partir de los 2 años y medio,  el niño puede  relajar y contraer voluntariamente según su deseo todos sus músculos ( uretra y ano incluidos).
Quizás aprovechar el verano para quitar los pañales sea una conveniencia y una comodidad de los adultos.
Quizás el mito del verano nos haya sido heredado, pero hoy en día no hay motivo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos. Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a "retroceder", dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente.


Aquí os dejo algunos consejos, recomendaciones y reflexiones sobre como  abordar este tema tan importante. Espero que os sean utiles :)
  •  El niño es el que nos dará las señales para saber cuándo es el momento, manifestando su interés por el tema de hacer pis o caca. Nos parece  entonces fundamental observar y escucharlo. Cuando el niño dice “pis” o “caca” antes de hacer, es el momento de comenzar con el aprendizaje. Que sea capaz de decir cuándo quiere orinar supone que ya reconoce esa sensación, y entonces habrá que darle libertad para que decida cuándo ir.  También se debe tener en cuenta su desarrollo psicomotriz : tiene autonomía para bajarse los pantalones?
  • No recomendamos preguntar al niño cada determinada cantidad de tiempo si quiere ir al lavabo, ni menos sentarlo en el orinal o el water para “ver” si quiere.   
  • Aconsejamos implicarlo al máximo posible. Cuando comienza a perfilarse el interés del niño por el tema los padres pueden ir comprando y eligiendo junto con él todo el instrumental necesario: un orinal con una forma y color a gusto del niño, un reductor del asiento del water para poder ofrecer otra variante y  braguitas.
  • Para comenzar es importante elegir un momento de tranquilidad en la familia, preferentemente en el fin de semana y en casa, para disponer de todo el tiempo necesario para las primeras “pruebas”.
  • En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso . Bajo ningún concepto es aceptable que retemos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso.
  •  Recomendamos rodear este momento de alegría, juego  y acompañar permanentemente con la palabra. Por ejemplo, si hay un escape, se le dirá: “estabas tan ocupado jugando que no te diste cuenta, pero la próxima vez ya te darás cuenta, verás que es así” y cuando haya hecho pis o caca en el orinal o en el water nos despediremos de algo que ha hecho el niño, que es suyo, pero que ya no necesita porque no tiene utilidad: “le decimos adiós a la caca”.
  • Resulta beneficioso permitir los juegos con agua y masilla, los juegos de dar y recibir, de esconderse y aparecer. Pero ninguno de estos juegos debe ser “entrenado”, sino simplemente dejar hacer al niño, involucrarse en el juego que propone o bien propiciar el escenario y los elementos para apoyarlo en su juego.
  • Hágale saber que necesitas ir al baño y permítale que  te acompañe. Él aprenderá observándote.
  • Una pregunta muy frecuente en las mamás , es que temen darle un doble mensaje a su hijo si le vuelven a poner el pañal una vez que se lo han quitado. Siempre se puede volver atrás.  No se puede hablar de regresión en un niño de 2 ó 3 años, porque no se puede regresionar a un lugar del que nunca se ha salido.

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