Creemos que el ambiente (dal latín ambiens "lo que rodea el aire" ) es el tercer gran protagonista del concepto "educación" - el primero es el niño, constructor de su aprendizaje y el segundo es el educador que facilita este proceso creando un entorno emocionalmente seguro, agradable, con atmósfera.
Por ello, buscamos formas dinámicas y creativas para prepararlo, inspirandonos a la Pedagogía estética de Reggio Emilia y Montessori.
Creía en la importancia de un ambiente hermoso, sencillo y ordenado, con poca decoración y tonos claros para no abrumar a las percepciones sensoriales del niño.
Todo, mobiliario incluido, tiene que estar adaptado y pensado para que el bebé, desde que empiece a gatear, sea perfectamente capaz de moverse por el espacio sin necesitar la ayuda de un adulto.
De este modo podemos evitar recurrir a los parques cerrados cuando no podemos estar con él (mientras por ejemplo debemos ir al baño o a la cocina....).
No trabajarías tú mejor, en un escritorio limpio, despejado, bien iluminado, con todo en su sitio... ?
No es necesario que todo sean juguetes, se puede poner cualquier objeto susceptible de despertar interés.
1) Orden. Tiene que ver con la ubicación de los juguetes, ordenados en cestas o cajas para facilitar la diferenciación. Los contenedores grandes tienden a la mezcla y la acumulación, mientras que los contenedores pequeños permiten ver el fondo, guardar menos volumen de objetos y no mezclar contenidos ;)
2) Cantidad. Muchos tendemos al exceso de oferta de materiales y juguetes. Los niños necesitan un número relativamente reducido de propuestas. Una cantidad desmesurada no les aporta más curiosidad, ni más alegría, sino una saturación de estímulos que los desmotiva y dispersa. Los bebés no necesitan toda esa cantidad de juguetes con infinidad de luces, sonidos y colores a los que estamos acostumbrados. Hay numerosos estudios científicos que demuestran que ese tipo de juguetes producen sobre estimulación y excitación, además de confundir al niño en diferentes aspectos.
Pues nuestro consejo: ser minimalista.
3) Conservación. Los objetos de juego (como nuestras herramientas de trabajo) son útiles si están bien conservados. Si los tenemos rotos, faltan piezas, están muy sucios o tienen desperfectos, los podemos reparar, limpiar o restaurar, en definitiva, hay que cuidarlos.
4) Rotación. No todos los materiales de juego deben estar disponibles en el espacio habitual. Si observamos qué preferencias e intereses tiene el niño, podemos separar y retirar temporalmente una parte. Cambiar de vez en cuando los materiales, los lugares y los usos del espacio es atractivo y abre la puerta a nuevas posibilidades.
5) Movimiento. En los espacios interiores, tendemos a olvidar o a creer imposible ofrecer propuestas de movimiento. El movimiento es una de las principales necesidades de su desarrollo y, siendo un poco creativos, podemos incluir fácilmente alguna opción en casa.
Recomendamos poder acondicionar un espacio de utilizo exclusivo para el bebé: su habitación, un cuarto de juego, un rincón del comedor, sin falta de convertirlo en un chiqui park :).
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